En este post comentamos algunos datos respecto a cuándo el uso de videojuegos e internet , como hobbies, puede considerarse como algo anormal desde el punto de vista médico.
Como en otras entradas, señalamos que nosotros no somos especialistas en este tema, aunque nos parece de gran importancia. Pretendemos aportar una mirada -basada principalmente en lecturas-superficial pero orientativa desde la perspectiva de los hobbies.
Los videojuegos y el uso de internet se han extendido mucho como hobby, tanto en niños como en jóvenes o adultos. Pero en el grupo de niños y jóvenes estas actividades en ocasiones llegan a ocupar mucho tiempo y pueden provocar problemas para padres y educadores, que los pueden ver como perjudiciales, especialmente cuando compiten con un tiempo que podría ser dedicado a actividades más formativas, como estudio, ejercicio u otros hobbies. En un interesante estudio en España se señalo que el uso de las nuevas tecnologías era muy alto con un uso diario superior a dos horas por un 47,% de adolescentes. En chicas se usaba más para redes sociales y en chicos para videojuegos. Se consideró que había un «uso problemático» de internet en un 13,6%, a menudo relacionado con diversos comportamientos como consumo de drogas, alcohol o mal rendimiento académico y malas relaciones familiares.
Lo que ocurre es que, una cosa es el uso exagerado de estas actividades y otra es su consideración como una anomalía que haya que diagnosticar y tratar. Mientras no ocurra esto último, el «problema», debería ser resuelto por familia y educadores, utilizando los métodos habituales pedagógicos y de sentido común.
Los estudios no arrojan resultados definitivos respecto a si el excesivo uso de videojuegos e internet es una enfermedad, pero sugieren que, lo que se propone en la clasificación de enfermedades psiquiátricas DSM-V como «trastorno del uso de internet» o «uso compulsivo de internet» es posible que esté definido por síntomas de abstinencia, perdida de control y conflicto.
También se habla de las ciberadicciones o adicciones a las nuevas tecnologías, aunque el concepto en si esta debatido a nivel científico.
Desde el punto de vista médico estos problemas se encuadrarían en las denominadas adicciones de comportamiento, de las cuales está catalogada la de problema del juego (gambling disorder, en inglés). Estas alteraciones se ha considerado que coinciden en diversos aspectos con otros tipos de adicción. Parte del problema de aceptación de las ciberadicciones es la posibilidad de que no existan de forma aislada y sean la expresión de determinados problemas psicológicos o psiquiátricos de base. También se ha planteado que más que adicción a internet habría que hablar de sus contenidos, ya que no es lo mismo utilizar internet para ver videojuegos, para apostar o para otras actividades.
Aunque, como hemos señalado, es tema aún en debate, el «trastorno por videojuegos» se manifestaría por ausencia de control en la conducta de juego, prioridad otorgada al videojuego frente a otros intereses vitales y persistencia de la conducta a pesar de sus consecuencias negativas. El concepto de «adiccion a internet» reuniría unos criterios parecidos.
Se han señalado como posibles factores de riesgo de ciberadicciones los trastornos emocionales, lo de personalidad, diversos problemas mentales como depresión o fobia social y también insatisfacción vital y carencia de afectos.
En sentido opuesto, hay que señalar que los videojuegos pueden tener diversos aspectos positivos, incluyendo algunos de tipo educativo y otros terapéuticos.
Se han recomendado diversas actitudes a seguir por parte de padres y educadores respecto al consumo de medios digitales en edades tempranas. Se pueden destacar la limitación de tiempo en menores de 5 años, controlar contenidos, establecer limites, vigilar y apoyar al niño respecto al tiempo frente a la pantalla y dar ejemplo de un buen uso de dispositivos. Existen diversas páginas de internet que aportan información y recomendaciones para un uso seguro y saludable en internet , especialmente orientados a padres y educadores frente a niños o adolescentes. Pediatras, psicólogos y profesores podrían orientar a nivel personal sobre estas cuestiones.
En resumen: el uso intensivo de videojuegos e internet, especialmente por niños y adolescentes, es frecuente y puede plantear un problema que padres y educadores deben resolver siguiendo diversas pautas recomendadas. Que el uso excesivo constituya una verdadera adicción es un tema difícil de evaluar y , en su caso, debería ser revisado por un médico.
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