Customización. Dale una segunda vida a tu ropa.
Todo el mundo se ha encontrado alguna vez su armario pasado de moda. O ha tenido alguna prenda que seguramente mejoraría con un pequeño retoque. O puede que hayamos fantaseado con diferenciarnos del resto a través de creaciones únicas de un modo sencillo. Si te has visto en estas situaciones, toma nota del siguiente término: customización.
Customizar. ¿Qué es eso?
No te molestes en buscarlo en el diccionario de la RAE, porque (de momento) no está incluido, lo que no implica que no esté ampliamente extendido. El término inglés custom, podríamos traducirlo como personalizado. Así que, cuando customizamos algo queremos decir que lo cambiamos, adaptándolo a una finalidad o preferencias muy concretas. Y aunque, por lo general, es una palabra que se utiliza en relación a la moda, todo es susceptible de ser customizado; tanto es así, que dependiendo de lo que se personalice, en ocasiones se inventan términos más específicos (como ha ocurrido con la adaptación de tuning como tuneo –de tunear («Adaptar algo, especialmente un vehículo, a los gustos o intereses personales», según la RAE)–.
Todo el mundo customiza (aunque no lo sepa).
No conocer el término, no significa que no hayamos customizado en alguna ocasión. De hecho, la ropa lleva customizándose desde su creación, popularizándose sobre todo en periodos de crisis, cuando es más complicado renovar el vestuario. Pero, ¿a qué nos referimos? Ciñéndonos a la ropa: lo hacemos cuando le damos un nuevo aire a una prenda o cuando la rescatamos de ese fondo de armario que ya no usamos, para darle una segunda vida, transformándola con pequeños detalles (como adornos de pins, chapas o tachuelas) o mediante un cambio más radical que la haga irreconocible (tiñendo o pintando, modificando los motivos, el corte…). En realidad, el límite de lo que vas a hacer con tu ropa solo lo pone tu imaginación.
Algunos ejemplos.
Tomemos como modelo el denim: un tejido popular que, además, es muy susceptible de ser modificado. Si no te lo crees, atención a los siguientes ejemplos: cambiamos el bajo del pantalón para transformarlo en unos piratas o prenda corta; cortamos las mangas de la cazadora y la convertimos en un chaleco; le cosemos o planchamos un parche; transformamos el pantalón convirtiéndolo en una falda… Si nunca lo has hecho directamente, seguro que sí has visto montones de prendas customizadas de este modo.
La moda de la artesanía.
A juzgar por los ejemplos enunciados, la customización más clásica parece ligada a la artesanía: la transformación se lleva a cabo en el ámbito privado con una prenda concreta; precisamente porque uno de los motivos puede ser diferenciarse del resto, de las grandes cadenas y su fabricación en masa uniforme. Sin embargo, las marcas llevan tiempo tomando buena nota, y algunas ya ofrecen su propio servicio de personalización; es lo que se conoce como modularidad.
De hecho, algunos diseñadores ya consagrados se hicieron populares customizando la ropa y abanderando el espíritu DIY (hazlo tú mismo); es el caso de Vivienne Westwood, reconocida como una de las principales responsables de la estética punk. De modo que podemos suponer que, paradójicamente, la modificación individual y artesanal, a lo largo de los años ha mutado en diferentes modas.
Así pues, esta afición es ideal para personas vinculadas al mundo textil o de la moda, pero muy especialmente para aquellos que también disfrutan del aspecto más manual y artesanal del proceso creativo. O para aquellos que quieran darle una segunda vida a su ropa, sin preocuparse tanto por los dictados de la moda.
¿Qué me hace falta para empezar?
Como con todo hobby, lo primero es tener motivación y afición por las tareas creativas. En cuanto al material, has de partir siempre de alguna prenda; existe la creencia de que para customizar se utiliza ropa usada, pero no es necesario: también puedes partir de una prenda nueva que quieras transformar de alguna manera.
Ahora has de tener muy claro el tipo de transformación que quieres realizar, ya que en función del mismo, deberás hacerte con un material u otro. Por ejemplo, si lo que quieres es teñir un tejido, solo te hace falta un tinte; si prefieres pintar directamente sobre la prenda, consigue las pinturas que quieras y las herramientas necesarias (ya sea para aplicar serigrafía, pintar con pinceles o rotuladores, etc.); si lo que quieres es transformar la prenda en otro modelo, necesitarás tijeras y material de costura…
Investiga primero sobre la técnica y los materiales. Pero recuerda partir siempre de una idea. ¡Usa tu imaginación!
¿Tengo que saber diseño o necesito formarme?
No. Ten en cuenta que cuando diseñas partes de cero. Mientras que cuando customizas, partes de un diseño que no es necesario que sea tuyo. Lo que tú vas a hacer es transformarlo.
Eso sí, dependiendo del tipo de técnica que quieras desarrollar, pueden ayudarte ciertos conocimientos: saber coser o patronar, pintar, etc.
¿Cuáles son los beneficios?
Como existen diferentes motivaciones, también se dan diferentes beneficios: puedes realizarte creando tus propias prendas; puedes diferenciarte del resto con creaciones exclusivas; ahorrar gastos reciclando tu antigua ropa; reducir el impacto medioambiental; ¡incluso puedes ganar dinero vendiendo tus propias creaciones o haciendo las modificaciones que te encarguen!
El único riesgo quizá es que el resultado final no sea de tu agrado. A continuación te contamos cómo solventar este problema.
¡Me encanta! ¿Algún consejo para empezar?
Primero, tómate tu tiempo y recuerda hacer una pequeña investigación de cada técnica que vayas a aplicar: no tiene nada que ver descoser una prenda y volverla a coser para transformarla en otra cosa, que pintar sobre un tejido. Y no tiene nada que ver coser un parche que pegar unas lentejuelas. Busca si hay alternativas más baratas o rápidas para conseguir el mismo resultado. Pero, sobre todo, que sean seguras.
Siempre que sean tus primeros pasos haz una primera prueba sobre un tejido desechable por si el resultado final no es el que esperabas. Si, por ejemplo, vas a cortar, prueba antes usando alfileres y tiza para comprobar las medidas. Cuando al fin hayas dado con la técnica precisa que tenías en mente, ¡adelante!, puedes pasar a la prenda definitiva.
Y no olvides inspirarte en todo tipo de técnicas. Existen tantas, que no dejarás de sorprenderte. Si te fijas en los collages, por ejemplo, verás que se dan unas mezclas increíbles. ¿Podrías hacer lo mismo sobre una prenda para modificarla a tu gusto? Si lo imaginas, puedes conseguirlo.
Por María González (maestra de Hilo Rojo) & Danielrh
Imagen cedida por María González
Información y Aprendizaje
- Academia Hilo Rojo – Academia
- Escuela de profesiones creativas United-Pop - Escuela
- The Hobby Maker – Cursos
- INN Formación – Curso online
Libros y Revistas
- Cool Teens. Crea tu propio estilo, de varios autores
- Adorna con estilo, de Kit Lee y Shini Park
- Hazlo tú misma, de Rain Blanket
- Nueva vida a tu ropa, de Ruth Castillo