En este post reflexionamos porqué algunas de las actividades de ocio más comunes que cumplen criterios de hobby, generalmente no son considerados como tales.
En las estadísticas de ocio una de las actividades a las que se dedica más tiempo es a la relación social, con familia o amigos. En las listas de hobbies, incluida la nuestra, asi cómo en estadísticas, no se suele considerar este salir con amigos como un hobby, a pesar de que tiene un propósito definido , puede ser repetitiva y en general su finalidad principal es pasarlo bien, estar a gusto. Es posible argumentar que la relación social es una actividad básica y «natural» para las personas y su finalidad es, en este sentido, algo más complejo que un simple disfrute ya que se manejan diferentes registros emocionales de interacción humana. Pero es posible que cierto tipo de actividad social, repetitiva y sencilla, sí pueda ser considerada como un hobby. De hecho hay actividad social de este tipo vehiculizada por un hobby, como puede ser jugar a las cartas, ir a ver espectáculos o jugar deportes de equipo. Una actividad social con gran implantación en el grupo de jovenes es el denominado ocio nocturno, sin criterios de hobby y que, además, puede ser «competencia negativa» de actividades más saludables y menos proclives a generar problemas de salud. Por otro lado está la relación social virtual, por redes, enormemente popular y que tampoco consideramos hobby, aunque puede ocupar mucho tiempo libre. Hemos incluido las redes sociales como hobby porque no solo permiten acceso a nuestros amigos o relaciones sino que tienen un empleo mucho más amplio de información y comunicación.
Otra actividad con criterios de hobby y nunca mencionada como tal es la actividad sexual. Hay muchos tipos de actividad sexual, pero hay uno que puede perfectamente cumplir criterios de hobby. Seria el caso de personas que les encanta tener sexo, con una determinada frecuencia, con intencionalidad y desde luego la finalidad básica es gozar. En este caso del sexo se puede argumentar que es una función fisiológica, una «necesidad» natural, un «instinto» a satisfacer y , quizá por ello, no se incluye nunca como hobby. Pero practicado de forma elaborada y consciente sobrepasa (aunque no deje de incluirlo) claramente ese concepto de «instinto básico».
El tener una mascota es considerado en algunos foros como un hobby y, sin duda, reúne ciertas características. Nosotros hemos incluido en hobbies actividades que se realizan junto con animales, sean mascota o no, como montar a caballo o participar en concursos caninos. Pero el hecho de tener un perro o un gato en casa, como compañía, tiene una connotación básicamente emocional y no cumple nuestros criterios de hobby.
La práctica religiosa, aunque sea algo que se haga en tiempo libre y «por gusto» (y considerado en algun foro como hobby) nos parece que es algo que implica unos elementos muy diferentes de los que conforman los hobbies, aunque ciertas actividades relacionadas con la religión, como pertenecer a una cofradia, o a un voluntariado, si las hemos considerado como un hobby de asociación.
Otro grupo a tener en cuenta es el del nudismo o naturismo, que practica un gran número de personas en el mundo. Pero más que una actividad es una forma de «estar», de apreciar la libertad, el sol o la naturaleza y no requiere ni de un aprendizaje especial ni de entrenamiento.
Estos ejemplos , entre otros más que pueden existir, plantean problemas de concepto respecto a los elementos constitutivos de un hobby.
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